miércoles, 20 de agosto de 2008

Ciencia y maternidad. Una dificultad más que añadida.

“Si no todas las mujeres conciben hijos, sí todas conciben ideas”

Emilia Pardo Bazán, (1851-1921)


Si ya de por sí, cualquier carrera profesional para una mujer es un camino duro, sacrificado y muy competitivo, en ciencia lo es todavía más, no sólo en este país si no también en el resto de Europa. Sólo falta observar como “se pierden” las mujeres investigadoras en los distintos escalones del sistema científico español en su progresión profesional (algunos datos lo revelan: sólo el 13% de catedráticas, no más del 15% de investigadoras del CSIC, el 27% de empleadas en los departamentos de I+D de las empresas...). Y por lo visto, no es debido al número de mujeres que se dedican a la ciencia, ya que de estudiantes universitarias y de doctorandas (primer paso en la carrera investigadora), el incremento es cada vez mayor. ¿Motivos?, muchos, entre los que destacan la "educación sexista", así como la falta de investigadoras como modelos de referencia. Y es que aunque parezca mentira, “-No es fácil admitir que las principales causas de la desigualdad de género en la ciencia son las múltiples formas de desmotivación, marginación y discriminación por sexo aún vigentes en los albores del siglo XXI-“, afirma Flora de Pablo, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT). Además, según Pilar Tigeras, directora del área de Cultura Científica del CSIC, la causa más grave es “-la dificultad para conciliar la familia con el trabajo. Basta un dato: por cada hombre que abandona su empleo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres-”.

Una cosa está clara y todos la sabemos. Esta situación no es debida a una “falta de capacidad”, sino a una “falta de posibilidad” .Compaginar ciencia y familia se convierte en muchos casos una tarea casi heroica. De hecho, en una encuesta realizada a 48 investigadoras españolas nacidas antes de los 1950, confirmó que el 53% no tuvieron hijos, afirmando muchas de ellas que hubiese sido contraproducente para su éxito profesional. Pero, ¿el retraso de las féminas en ciencia es debido a la maternidad exclusivamente? Hace tiempo que en otros países lo han descartado. Según la premio Nobel Christiane Nüsslein-Volhard, de ser así, en Alemania tendría que haber un 25% de mujeres Directoras (como ella) entre los 80 Institutos Max Planck ya que ese es el porcentaje de alemanas sin hijos.

¿Optimistas del futuro? Debemos serlo, aunque sí es cierto que los avances transcurren demasiado lentos. Acciones como las desarrolladas por los poderes públicos (la Ley de Igualdad, la asignatura “Educación para la Ciudadanía” o las recién publicadas prestaciones económicas por hijo), avanzan en la dirección correcta. Aunque es posible que una de las más importantes sea, en palabras de Flora de Pablo, superar eso de que “-El problema empieza en nosotras porque sabemos que todo nos va a costar más-“.

Para leer más:

-“Biología y Biomedicina: un área de mujeres fértiles”, Flora de Pablo. Arbor CLXXII, 679-680 (Julio-Agosto 2002), 579-604 pp.

-Mujer y Ciencia, CSIC

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